lunes, 12 de septiembre de 2011

EL AMOR A LOS HIJOS


Los hijos necesitan que los padres le manifiesten su afecto con señales más visibles que su atención, preocupación y apoyo; o sea con palabras, con gestos, con un trato diario afable y respetuoso para poder esperar que ellos cumplan con su rol de hijos.

Esto no representa para los padres un signo de debilidad, porque cumplir con el papel de padres afectuosos que expresan su afecto, no incluye dejar de lado su rol, la firmeza de las convicciones ni la disciplina.

Existe una expectativa de rol de madre en esta sociedad, que es necesario cumplir pero en forma creativa para favorecer la salud física y mental de los hijos; y que de ninguna manera representa el ideal de madre, que es algo que no existe.

La madre tiene a su cargo la protección y el cuidado de los hijos y la función de brindarle su calor y afecto, tarea que es importante que comparta con el padre.

El hogar es la contención que necesitan los hijos y los padres tienen que estar dispuestos y atentos.
La madre tiene que delegar sus tareas a una persona responsable si trabaja y facilitar la comunicación con ella para decidir sobre las situaciones que necesiten de su intervención y el padre tendrá que cumplir la tarea de autoridad y de sostenedor.

La autoridad no significa mandar, es un rol como cualquier otro que quiere decir hacerse cargo de la disciplina y responsable de asegurar el cumplimiento de las reglas.

Cuando las reglas son claras y las cumple también el que imparte la autoridad, es difícil que los hijos las trasgredan.

Es necesario que la madre mantenga a su cargo el timón de la casa, la dirección, la organización; y ser el gerente de la empresa más importante que es la familia. Porque cuando en una sociedad no se cumplen los roles familiares se produce un desequilibrio en el grupo que lleva a los hijos a comportarse en forma errática y antisocial.

Los padres pueden tener un ejército de empleados de servicio, pero su función es intransferible.

Algunas madres se sienten culpables cuando salen a trabajar, como si abandonaran a sus hijos. Pero cuando se toma la decisión de trabajar, se renuncia al ideal de madre que se ha asimilado con la cultura, que no necesariamente es la mejor madre, y se acepta elegir el rol de madre responsable que se atreve a seguir creciendo y mejorando para su propio bien y también el de su familia.

Si no renuncia a ese ideal de madre, sentirá culpa, y esa culpa la transmitirá a sus hijos que vivirán su ausencia como un abandono.

El amor a los hijos nunca se debe manifestar con sobre protección, porque los convertirá en personas débiles que necesitarán siempre vivir a la sombra de alguien más fuerte.

Proteger es brindarle sólo lo que necesitan y no más, porque es inconveniente acostumbrarlos a los excesos.

La austeridad y la sencillez hará a los hijos menos exigentes, más capaces de afrontar las adversidades, de entender a los demás y de relacionarse, y más humildes y sensibles.

El amor no debe ser un obstáculo para ver las auténticas capacidades que tienen los hijos, porque la única forma de ayudarlos es respetando sus limitaciones y desarrollando sus habilidades específicas sin prejuicios.

Los hijos no tienen por qué ser iguales a los hijos de los demás, de hecho la diferencia es lo que los hace únicos y valiosos.

Este reconocimiento es esencial para desarrollar la autoestima en los hijos, a partir de lo que piensan sus padres, las personas más significativas para ellos.



EL AMOR A LA VIDA

                  
 

El amor ala vida es uno de los valores mas bello en el ser humano,cuando tenemos dificultades con cualquiel situacion en nuestras vidas cremos que somos incapaces de superarlo...
Solo tienes que ser tu mismo y no darte por vensido y valorerte a ty mismo como alos demas..quierete aty.
Date la oportunidad de realizar toda esas metas que consideras son las nas importante de tu vida para amarte aty mismo
Nunca debes pensar que eres lo menos importante,no nada mas por tu ficico te debes sentir menos que los demas.
Por pasarse la vida lamentandose cuando la el amor ala vida y el amor el sentido general es el sentimiento mas bello que pueda existir.

No todo es tristeza por que siempre abran persona que estaren apollandote y demostrandote que siempre debes tener vigente una sonrrisa.
El amor el mas bello sentimiento no hay cosa mas bella que estar enamorado te sientes el ser mas especial del mundo asy que vive tu vida llena de amor y dite siempre yo amo mi vida.
Nunca de des por vencido y no importa los optaculo que la vida te ponga siempre lo podras superal no te rindas que siempre debes tener amor ala vida.


SERAS UN TRIUNFADOR


Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar, cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti, y dejes de preocuparte por el que dirán.
Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados.
Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida.
Cuando sepas distinguir la sonrisa de la burla y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.
Cuando el ser espontáneo te libere del método.
Cuando actúes por convicción y no por adulación.
Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad.
Cuando sepas perdonar, tan fácilmente como ahora te disculpas.
Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre y, junto al rico, sin pensar que es un Dios.
Cuando sepas enfrentarte a tus errores tan fácil y positivamente como a tus aciertos.
Cuando sepas manejar tu libertad para pensar, hablar, leer, escribir y hasta escuchar sin caer en los excesos.
Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.
Cuando no trates de hallar respuesta en las cosas que te rodean, sino en tu propia persona.
Entonces, sólo entonces, serás un triunfador.


LA VIDA NO ESPERA

¿Por qué es más fácil criticar y reprochar que expresar aprecio y cariño?

Esta semana Angélica tuvo la tristeza de perder a su padre. También tuvo el privilegio de compartir el velorio y el entierro con todos sus parientes y amigos cercanos.
Un sobrino se le acercó durante la comida luego del entierro, y le dijo: "Angélica, fíjate toda esta gente que se encuentra hoy aquí contigo y que han venido a celebrar la vida de tu padre, él estaría muy contento de tenerlos aquí a todos reunidos." Angélica sonrió débilmente. Si bien apreciaba tener a todos allí se preguntó hacía cuantos años que no había visto a muchos de ellos. Estaban también aquellos que hasta hace poco habían criticado duramente a su papá y jamás le dijeron una palabra cariñosa o de aprecio. Sin embargo, en el velatorio, no dejaron de hablar de cuanto valoraban y querían a su padre. ¿Por qué la familia tuvo que esperar hasta su muerte para reunirse? ¿Por qué esperar hasta que haya una tragedia para expresar afecto y buenos sentimientos? ¿Por qué cuando estamos vivos y sanos no nos esforzamos lo suficiente para compartir con nuestros familiares esos momentos que son tan preciados?
En un velorio recordamos todo aquello que fue la persona, nos acordamos con cariño de sus palabras y acciones, incluso se nos hace gracioso aquello que en su momento le llegamos a reprochar y hasta estamos dispuestos a tolerar todo aquello que nunca le perdonamos cuando vivía. ¡Qué paradoja tan grande que es la vida! Tenernos que esperar a morir, para que nos valoren y nos aprecien. ¿No será un poco tarde para eso? ¿No seria mejor compartir, reír y llorar en vida con nuestros seres queridos? Les invitamos, a que en la próxima reunión familiar comunique sus buenos sentimientos y festejen la vida ya que ésta es un privilegio. Una mesa llena con la familia, donde se habla y se comparte es el mejor almuerzo.